Las sábanas y toallas pueden acumular bacterias y suciedad si no se lavan con regularidad. Establecer una rutina de lavado para este tipo de tejidos es muy importante si queremos mantenerlos libres de bichos indeseables que no podemos detectar.
¿Qué tipo de microorganismos pueden aparecer en sábanas y toallas?
- Bacterias
- Ácaros
- Cabello
- Tierra
- Polvo
- Restos de crema
- Restos de maquillaje
- Piel muerta
- Secreciones (sudor, saliva)
- Caspa
Para asegurarse de tener siempre las sábanas y toallas limpias, siga nuestros consejos sobre la frecuencia de cada lavado de ropa según el tipo de prenda.
Ropa de cama:
Generalmente, las sábanas deben lavarse semanalmente. No obstante, si tienes bebés, niños o personas mayores que suelen tener pérdidas de orina, te recomendamos lavar las sábanas con más frecuencia y cuando sea necesario. Si tienes personas enfermas en casa, con gripe o resfriado, por ejemplo, debes lavar las sábanas cada dos o tres días para deshacerte de los gérmenes.
Durante la temporada de verano, también debemos lavar nuestras sábanas con más frecuencia, aproximadamente dos veces por semana, ya que tendemos a sudar más mientras dormimos.
En cuanto a las fundas de almohada, asegúrate de lavarlas siempre junto con el resto de las sábanas, ya que también acumulan bacterias y suciedad mientras duermes.
Toallas:
El uso que le demos a las toallas determinará con qué frecuencia debemos lavarlas:
- Toallas de baño y ducha: lávelas aproximadamente cada tres días. Una vez que la toalla huele húmeda, es hora de lavarla. Recomendamos colgar la toalla correctamente después de cada ducha para que se seque correctamente.
- Toallas de mano: lavar todos los días o cada dos días. Este tipo de toalla necesita ser lavada con más frecuencia ya que la usamos con más frecuencia y está más expuesta a los gérmenes (después de ir al baño, después de cepillarnos los dientes, cuando tienes invitados en casa, etc.).
- Toallas deportivas: lavar después de cada uso para evitar que los olores del sudor se impregnen en la toalla.
- Toallas de playa y piscina: lavar después de cada uso para evitar que los olores se impregnen en la toalla. Si queremos lavarlas cada dos o tres usos, es importante dejarlas secar correctamente antes de colocarlas dentro de la bolsa de la playa / piscina.